Te contamos cómo fue nuestra experiencia haciendo el Camino del Inca, caminando por 4 días en las montañas de Perú como lo hacían los antiguos chasquis.
Hicimos el viaje con la agencia Los Angeles Viajes. El día anterior a partir nos fueron a visitar al hostal para darnos toda la información de la travesía. Nosotros había contratado el tour desde la Argentina.
Primer día del Camino del Inca
El día que comenzamos el Camino, nos pasaron a buscar por el hostal y fuimos en un bus hasta Ollantaytambo, donde paramos para recoger a más personas que se sumarían al tour. Además se recorre las ruinas del antiguo poblado creado por Pachacútec y se puede recorrer puestos para comprar artesanías o provisiones para el resto del viaje. La siguiente, y última, parada del bus es Piskachuco.
Eramos un grupo de unas 20 personas, junto con una pareja española-israelí, eramos los únicos de habla hispana. Tenían una guía que hablaba inglés y que iba con todo el grupo y para nosotros había otro guía, pero como los españoles habían contratado el servicio por otra agencia, tenían su propio guía.
El nuestro sabía mucho, pero no era muy amante de hablar, así que daba explicaciones bastante cortas y no decoraba mucho la historia. Y por momentos se hacía aburrido ya que terminaba de contarnos lo que teníamos que saber y el resto del grupo seguía escuchando las explicaciones de la guía en inglés.
En Piskachuco bajamos todos del bus y ahí nos encontramos con los porteadores, que son quienes se encargan de trasladar las carpas, la comida y los equipos de cocina. Y en esa parada también se debe aprovechar para hacer las últimas compras antes de iniciar el camino. Nosotros aprovechamos para comprar poncho para la lluvia, unos palos de madera para ayudarnos a caminar y gorro para el sol.
Si quieren llegar a Cusco con todo contratado, les recomiendo que consulten la excursión del Camino del Inca que ofrecen en Civitatis, que en todas sus excursiones a Machu Picchu tiene muy buenas referencias.
Desde ese puente nos separaban apenas 42 kilómetros de Machu Picchu. El primer día se camina unas 6 horas hasta Huayllabamba o (Wayllabamba).
Por ser el primer día, la caminata es tolerable y uno está emocionado así que lo hace con gusto. A Lu no le resultó tan placentero, porque la afectó el mal de altura y estuvo descompuesta todo el día. Al punto que tuvimos que pensar si seguir o pedir de alguna forma para volver a Cusco, pero sabíamos que nos arrepentiríamos toda la vida si no seguíamos así que decidimos continuar. La guía del grupo por la noche hizo aspirar a Lu un aceite mágico que apenas respiró profundo hizo que se le pasara el mareo y la descompostura, así que al día siguiente ya estaba recuperada.
La noche fue bastante fría debido a la altura a la que está ese primer campamento. Por suerte también habíamos comprado medias de lana que nos poníamos antes de meternos a nuestras bolsas de dormir, que las tiene que llevar uno. Además de fría, la noche es ideal para ver estrellas, ya que al estar tan alejados de toda población, no hay contaminación lumínica que complica ver la vía láctea.
Segundo día del Camino del Inca
A la mañana nos despertaban a las 5 de la mañana con un té de coca que nos traían a la carpa para que saliéramos bien calentitos. Después nos aseábamos y nos esperaban con un desayuno muuuy nutritivo, compuesto de leche, avena, huevo y todo tipo de cereales. Luego comenzaba la larga caminata. Esta era la rutina de todas las mañanas.
El segundo día es el más duro porque uno camina en constante ascenso, llegando hasta los 4200 MSNM en Warmihuañusca. Para poder disfrutar tranquilos del recorrido decidimos darle mi mochila a un porteador y yo llevaría la de Lu que era más liviana. Desde la salida hasta Warmihuañusca la caminata lleva entre 7 y 8 horas, por eso se arranca el día bien temprano, casi antes que salga el sol.
Después de descansar en el punto más alto del camino, seguimos el recorrido hasta Pacaymayu, donde está el siguiente campamento donde pasamos la noche. Es necesario descansar, el día 2 es realmente muy cansador.
Mi opinión es que toda la travesía del Camino del Inca es hermosa,que tiene muchos puntos que valen la pena conocer y que se disfruta de muchas cosas, como saber que estamos recorriendo un camino que usó la realeza inca para trasladarse, se aprende las historias de los chasquis, uno se maravilla por estar en el medio de la selva peruana, etc, pero nada de esto se puede disfrutar si uno sabe que nunca le gustó estar metido en la naturaleza caminando como un loco y si no se tiene un estado físico medianamente bueno.
O sea, no hace falta ser un super atleta, pero hay que tener fuerza para subir escaleras por horas o caminar 4 horas seguidas, por más que se haga lento, es algo muy agotador.
Tercer día del Camino del Inca
En el tercer día se baja todo lo que se subió en el segundo, aunque arranca con otra escalada hasta los 4000 MSNM y luego sí se comienza a descender. Así que lo que duele en este día son las rodillas y los tobillos que deben soportar la baja de cientos (o miles) de escalones.
El tercer día tiene múltiples lugares interesantes. Pero todo tiene su precio, el día más interesante, es el más largo. Son unas 8 horas de caminar, o mejor dicho, de bajar escaleras. Se camina por una zona bastante tupida, pudiendo disfrutar de la flora nativa de la selva peruana y de la frescura del clima. Además, se conocen 2 centros arqueológicos: Runcuracay y Sayaqmarka.
El primero era un antiguo puesto de control Inca. También paramos a sacar fotos en una laguna, y aprovechamos que había venados (o ciervos) tomando agua para hacer algunas fotos (que no puedo encontrar).
Sayaqmarka por su ubicación se estima que fue un sitio de control. En estas ruinas se ven calles y pasajes angostos, canales y andenes que se construyeron sobre un terreno abruptamente descendiente. Solo existe un forma de entrar y salir, una escalera con más de cien peldaños (que es la que está a nuestras espaldas).
En Puyupatamarca se hace un alto para almorzar y recargar energías. Luego se sigue la caminata hasta el complejo Inca Wiñay Wayna. Y ahí se hace noche.
Si quieren conocer otra experiencia, les recomiendo la de los chicos de Turistear, que tienen una guía super completa.
Cuarto día del Camino del Inca
El cuarto, último y feliz día arranca bien temprano. Todos los grupos pelean por salir lo antes posible desde el campamento porque si llegás tarde la Puerta del Sol ya está repleta de turistas y no se puede disfrutar de la vista que hay desde allí. Además del ser el día que finalmente se conoce Machu Picchu, es el día que menos se camina. Desde el campamento en Wiñaywayna hasta Machu Picchu hay unas 3 horas.
Espero que haber leído este post te haya cansado menos que lo que nos cansó a nosotros recorrer el Camino del Inca y que lo hayas disfrutado tanto como nosotros disfrutamos de esa aventura. En el próximo post contamos la experiencia Machu Picchu y el camino de vuelta.
Recomendaciones
- Llevá buen calzado y si es posible, dos pares porque es muy probable que tengas alguna lluvia.
- Llevá un poncho para la lluvia.
- Podés necesitar lentes de sol y manteca de cacao para los labios.
- Si no vas a darle tu mochila a los porteadores, intentá que sea lo más liviana posible. Son solo 4 días y es muy probable que no te bañes o que lo hagas una sola vez (si te animás a hacerlo con agua muy fría). Tené eso en cuenta para armar la mochila.
- Llevá una linterna, asegurate que ande. En los campamentos no hay luz.
- Van a necesitar protector solar, gorro y repelente para mosquitos.
- Intentá llegar a Cusco algunos días antes para aclimatarte a la altura y si te sentís mal, avisale a los guías, ellos van a saber cómo ayudarte.
- Tratá de ejercitarte un tiempo antes de viajar, como dije no hace falta hacer un atleta, pero tenés que estar seguro vas a poder subir todas las escaleras que tiene el camino, y bajarlas.
- No contrates cualquier agencia. Pensé que vas a depender de ellos durante 4 días y que la pases bien o mal depende en gran parte de ellos, el resto depende de cómo vos te tomes el viaje, que no es nada sencillo.
- Acordate que el viaje es tanto o más importante que Machu Pcchu, por lo que disfrutalo. Cada ruina que cruzas o cada pedazo de selva que ves, es parte del mundo Inca, estás rodeado/a de naturaleza que ellos consideraban sagrada.