Cusco: Previa a Machu y mucho más

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Llegamos al aeropuerto de Cusco (o Cuzco) y fuimos en colectivo hasta el centro de la capital histórica de Perú. El hostal donde íbamos a parar no estaba en una calle demasiado conocida así que nos costó que nos dieran las directivas correctas para llegar. Y en ese camino notamos 2 cosas que nos llamaron la atención. La primera es lo tímidos que son la mayoría de los peruanos para hablar con extranjeros a pesar de recibir tantos turistas. Suelen agachar la cabeza y decir que no saben dónde queda el lugar por el que uno le preguntó y siguen caminando. Lo segundo es lo difícil que es adaptarse a la altura y caminar apenas se llega a Cusco. Tuvimos que subir escaleras en las veredas y andar por calles empinadas que ponían a prueba nuestra capacidad respiratoria.

Nuestro hostal estaba adentro de un convento. Se  llama Hostal San Juan Masias, está manejado por monjas dominicas. El edificio es bastante antiguo, como es de esperar, es bastante silencioso. El único problema es que no tenían prendida la caldera y para bañarnos con agua caliente había que esperar tanto, que nos terminamos resignando. No fue nada gracioso cuando llegamos de Machu Picchu, sin bañarnos durante 4 días.

Después de dejar los bolsos en nuestra habitación, caminamos hasta el centro histórico. Cusco se nota mucho más turística que Lima. O más dependiente del turismo. Esto se nota en el tipo de negocios que hay en las principales calles y en la vestimenta de la gente que uno ve pasar.

Después de recorrer la plaza y un poco más del centro, fuimos al Templo del Sol Coricancha (o Koricancha o Qoricancha). Su historia revela un poco la historia de Sudamérica. El templo fue construido por una cultura pre incaica, cuando los Incas los conquistaron, ampliaron el templo con criterios propios. Luego los españoles destruyeron el templo en lucha contra los incas y una vez que se hicieron del lugar, construyeron su propia iglesia usando los cimientos del antiguo templo. Además se usó el oro que había en el templo para pagar el rescate del Inca Atahualpa. Actualmente además de ser un museo, es el Convento Cristiano de Santo Domingo. Por supuesto que cobran entrada, pero la entrada no va para el pueblo peruano, dueño original del lugar, si no que va para la iglesia católica, dueña actual del templo inca.

A la tarde seguimos recorriendo la ciudad. Compramos el tour para ir al día siguiente a conocer distintas ruinas y entramos a conocer la catedral. Fue muy interesante hacerla escuchando a un guía orgulloso de sus raíces aborígenes. Nos fue explicando cómo se habían mixturados las culturas y religiosas de los locales y los colonizadores. Esto se puede ver en detalles tales como en la pollera que le pintaban a la virgen, en lugar de tener caída como cualquier pollera, caían formando una montaña, que son dioses para la mayoría de los pueblos andinos.

El segundo día nos despertamos bien temprano para poder aprovechar el desayuno del hostal. Luego nos fuimos hasta la agencia donde habíamos comprado el tour. La mayoría de las agencias están por la calle del Sol, todas ofrecen lo mismo y a precios similares, es cuestión de cual te da más confianza. Y el ticket para el Valle Sagrado se llama Boleto Turístico, incluye 16 sitios, como museos y ruinas. Se puede comprar un boleto parcial, que incluye 4 sitios, que fue lo que compramos nosotros.

La primera parada fue el Templo de Sacsaywaman. Como en todo lo que se vista, todavía están haciendo investigaciones. Se supone que por la ubicación, que por su altura permite dominar toda la ciudad, era una fortaleza, pero también puede haber sido un centro ceremonial. El detalle que cuentan todos los guías es que las piedras están colocadas con tanta precisión que entre 2 piedras no pasa ni una aguja.

A pesar que el lugar nos parece grande, nos cuentan que no es ni la mitad de los que era y que los españoles desmontaron una gran parte, para usar las piedras para hacer sus propias casas.

Templo de Sacsayhuaman

Desde Sacsayhuaman, que es uno de los lugares más importantes del mundo Inca que rodea Cusco, se puede ver un gigante Cristo blanco, construido en 1945, y donado por la colonia árabe palestina al Cusco.

 

Luego de recorrer el predio, seguimos el tour en el colectivo hasta el siguiente destino,       Q´enqo. Es otro conjunto de construcciones sobre una zona rocosa. Tiene unas canaletas en forma de ZigZag, que le dieron origen al nombre, pero no está claro si se usaban para hacer circular chicha o sangre. El uso del lugar también es un misterio, pero se supone que en la cosmovisión de la cultura andina, Q´enco fue construido para invocar a Kaypacha, legendaria serpiente que da origen a la vida. Los incas utilizaron este lugar como puente para comunicarse con otros de sus dioses como el Sol, la tierra, las montañas, la luna y las estrellas.

Siguiendo el recorrido del tour, se llega al centro de control y militar de los Incas, Pukapukara (o Puca Pucara). En este lugar debían registrar todos los que quisieran entrar ala ciudad de Cusco. Se cree que desde acá se podía custodiar Tambomach’ay, uno de los palacios más importantes que tenían los Incas. Además se utilizaba como tambo, es decir se acopiaba y conservaba alimento.

El último sitio que se visita con este tour es Tambomachay. Este era un templo, ligado al culto al agua que realizaban los Incas. Es asombroso ver que el sistema de canales que idearon hace más de 500 años todavía funcione y traiga manantiales de agua cristalina. Acá también se puede ver cómo construir andenes o terrazas que usaban para cultivar, aprovechando lo mejor posible las tierras y evitando la erosión.

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