Ipiales: Santuario de las Lajas

por
0 comentario
Itinerario Sudamérica

Entrá acá para leer la guía con el presupuesto mochilero para recorrer Sudamérica

Si querés leer todo el recorrido que hicimos en los 195 días de viaje, ENTRÁ ACÁ y MIRÁ TODO NUESTRO ITINERARIO

Después de alejarnos de Quito hicimos dedo y después de un par de trasbordos llegamos a la frontera como a las 7pm, no era tan tarde pero el trámite de salida de Ecuador fue lentísimo. Hace poco digitalizaron todo, pero en lugar de agilizar la cosa, ahora es más lento que cuando uno mismo rellenaba sus papeles de migraciones. Como ya era tarde no había buses, pero hay taxis que se comparten, como si fuera un colectivo, ese nos costaba algo así como 1700 pesos colombianos a cada uno y nos dejaba en el centro; hay otro que cobra 8000 y va a la terminal, que está a 5 minutos. Entre esa diferencia de precio y lo que me querían dar por cada dólar, me dio una muy mala primera impresión de Colombia. Sabía que el dólar estaba a unos 2900, acá me daban 2700 y como quería cambiar poquito, solo lo necesario para el taxi y algo más, algunos me querían dar 2000 por dólar.
El taxista nos llevó hasta Ipiales y nos aconsejó a qué hotel ir, que realmente era el más barato.
Al día siguiente nos despertamos, preparamos unos mates y después dejamos nuestras mochilas en la recepción del hotel y salimos para el santuario de las Lajas, principal atractivo de Ipiales. En pocos minutos la impresión que teníamos sobre Colombia cambió. Toda la mugre tirada que habíamos visto a la noche, había desaparecido. Y la sensación de que todos nos querían cagar se fue cuando nos acercamos a preguntarle a dos viejos cómo ir hasta la iglesia. Cuando terminaron de pelear entre ellos por cuál era la mejor forma de ir, nos dijeron qué bus tomar y cuanto tomar. Nos dijeron que costaba 2000 y nos mostraron cuál era el billete de 2000 y después nos regalaron el billete. Por supuesto que nos recomendaron que no confiáramos en nadie porque la ciudad está llena de ladrones. Que solo confiaramos en la policía, y en ellos que eran militares retirados.
Nos bajamos del bus y caminamos un par de kilómetros.

Es muy bueno ir viendo la iglesia desde lejos. Está construida sobre el lecho de un río, elevada unos 100 metros y está en una quebrada. El camino que lleva hasta el ingreso va haciendo zig zags y la rodea, por lo que uno la ve desde arriba y en diferentes ángulos. Impresiona tanto la hermosura de su arquitectura como el esfuerzo que hicieron para construirla en un lugar tan complejo.
Normalmente las iglesias son 85% lugar de oración y 15% para que los turistas saquen fotos. En este caso es al revés. Está repleta de turistas bulliciosos sacándose selfies. Hay una escalera para ir a un nivel inferior, donde sí hay un espacio silencioso, ambientado para que los creyentes oren y se confiesen. El silencio está acompañado por música instrumental de fondo, y hay unas luces LED de colores muy tenues, todo eso frente a un Jesús muy blanco, la ambientación visual y sonora hizo que por primera vez sintiera que una iglesia puede ser un lugar de meditación que genera un sentimiento agradable de introspección.

Ah, y lo más importante es que cuando estábamos bajando hacia esa parte de la iglesia nos cruzamos a uno de los cantantes de Los Nocheros, que tocaban esa noche en Ipiales. Cuando lo vi lo reconocí pero no supe qué decirle para hacerle saber que eramos compatriotas, y le dije con gran sentido de la elocuencia, muy inteligentemente: “Ehh, los argentinos”. Creo que se asustó porque se sonrió con cara de “¿Quien es este loco?” y siguió por su camino.
El ingreso es gratuito y además de la iglesia hay todo un parque que la rodea, bien arbolado y con mesitas para sentarse a comer. Se bajan algunas escaleras y desde abajo la vista también es imponente. Se puede ver el río y la montaña, que sirve como uno de los muros del santuario.

Ipiales Santuario de las Lajas


La historia del lugar también tiene su atractivo. Se supone que la virgen se le presentó a una niña sorda y le habló y la nena pudo escucharla. Muchos años después alguien decidió hacer una pequeña capilla y más tarde hicieron esta obra de arte. Muchísima gente va a rendirle culto, a pedirle favores o a agradecerle milagros.

Nosotros nos sentamos a comer en una de las mesas y le hicimos lugar a una pareja colombiana que estaba ahí por el bautizmo de sus sobrinas gemelas, que nacieron con 6 meses de gestación y pensaron que iban a morir, entonces prometieron que si se salvaban las bautizaban en el santuario. Depués de charlar bastante, nos regalaron una bolsa enorme de pochoclo y una bandeja con carne y papa, que sería nuestra cena convertida en sandwiches. Hay miles de placas de personas que agradecen la protección de la virgen desde hace décadas.

Ipiales Lajas
Placas

Para volver hasta el pueblo hicimos dedo y nos dejaron en el mercado de Ipiales, una de las tantas zonas donde los viejos militares nos hubieran recomendado no ir.

Algunos precios

Entrada al Santuario de Las Lajas: gratuito

Entrada al museo del santuario: 2.000

Pasaje Ipiales-Cali: 36.000

Pasaje Cali-Armenia: 22.000

Bus urbano en Cali: 1.800

Esa noche salimos en bus hacia Cali, que lo tomamos solo como una parada técnica para poder llegar a la zona cafetera, así que no conocimos demasiado. Solo paseamos una tarde y fuimos a conocer el barrio San Antonio, que es como el Güemes de Córdoba, pero a esa hora estaba casi todo cerrado y caminamos por el Paseo de las gatas de Tejada.
Nuestros anfitriones eran una familia que vivía en un barrio popular de Cali, donde nos aseguraron que nos robarían y por suerte no pasó. Alojan extranjeros con el doble propósito de que sus vecinos vean y conozcan otras personas y que la gente de afuera pierda el miedo de recorrer esos barrios.
Estuvimos un solo día y después partimos al eje cafetero, donde conseguimos alojamiento gracias a Lau y Nico y paramos en una casa con mucho amor de familia.

POSTS RELACIONADOS

Dejanos tu Comentario