Estar demasiado tiempo encerrad@ puede ser agobiante y generar una sensación de frustración, este es un pésimo momento para muchísima gente, que no sabe cómo superar la crisis o cómo retomar la vida el día después, como l@s pres@s que deben soportar durante años el encierro y la vida hostil, con la cabeza dando vueltas a la idea si lograrán sobrevivir adentro y la incertidumbre de no saber si podrán reinsertarse después.
Pero también es un momento que nos da la oportunidad de replantearnos situaciones propias y también comportamientos propios y ajenos. Algo que por vivir a las corridas, empujad@s por el propio ritmo que nos lleva de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, no nos permitimos. ¿Hace cuanto no te sentás a pensar cuáles privilegios tenés, qué te gustaría hacer o si sos feliz?
Acá les dejo algunas cosas que aprendí con la pandemia en estos días y que anoté en un ratito sentado con papel y lapicera. ¿Y vos qué aprendiste estos días?
LOS AUTOEGÓLATRAS
Algunas personas creen que sus vidas valen más que la de los demás, como si hubiera una jerarquía o un ranking de acuerdo a la profesión, y los del Top 5 tuvieran la opción de acatar o no las normas de convivencia, como los jueces, médicos, surfistas, gerentes, famosos y otros tantos que la policía encontró violando la cuarentena.
LOS CLÁSICOS NUNCA MUEREN
Aprendí que los personajes clásicos de las películas yankees de terror, esos que consideramos estúpidos por salir a la calle en las noches más tenebrosas justo que suena la música más pertubadora, existen en la realidad.
Los vemos caminar por la calle, girando en la esquina y mirando para atrás, desafiando no solo la ley sino también el sentido común, y la diferencia es que no nos preguntamos si los va a morder un zombi o si los va a violar un extraterrestre, sino que nos preguntamos si ese pelotudo ya tendrá el virus y le estará por cagar la vida a mucha gente, o todavía no.
ANTE EL VIRUS MÁS ARMAS
Otra idea que saco en limpio es que los yankees están más locos de lo que pensamos y aumentaron la compra de armas, a tal punto que algunos negocios no dan a basto con tantos pedidos.
LA PELOTUDEZ ES GLOBAL
Este es un punto que no se si me alegra o me entristece, pero me di cuenta que hay gente estúpida en todos lados, no es una cuestión de patria.
En Australia, sin cuarentena pero con un montón de restricciones, miles de personas se juntaron en Bondi Beach y cuando les preguntaban si no tenían miedo de contagiarse, respondían que no porque estaban con amigos.
El gobierno de Nicaragua convocó a una marcha multitudinaria para enfrentar con amor al Coronavirus.
En Brasil Bolsonaro llama a la pandemia “gripecita”, y excluye a las iglesias de hacer cuarentena, por considerarlas servicios esensiales.
En Turkmenistán el gobierno prohibió el uso de la palabra Coronavirus y mete presos a quienes usan barbijos o hablan del tema en público.
En Filipinas Duterte dio orden a la policía y al ejército de matar a los que generen problemas durante la cuarentena o causen daño al personal médico.
Podría seguir buscando ejemplos, pero creo que se entiende, y la verdad que me alivia un poco saber que no somos los únicos boludos. Sí, traigan pandemias que giles sobran.
SIMULACROS DE PANDEMIA CADA 4 AÑOS
Este tipo de crisis son ideales para ver cómo reaccionan los lideres de cada país. Y eso va a significar una cachetada para muchos que van a estar de acuerdo con medidas que tome un gobierno que jamás votarían o estarán en contra de medidas de gobiernos que votaron.
Tal vez sea bueno hacer un simulacro de pandemia antes de cada elección a presidente y que los candidatos tengan que tomar medidas, establecer prioridades, etc.
ARTE, ARTE, ARTE
También aprendí que el arte sobrevive y, como la plastilina, se amolda.
Aparecieron nuevas ideas y proyectos virtuales, se potenciaron otros, los museos abrieron sus puertas digitales facilitando el contacto de la cultura con todos aquellos que tengan la suficiente curiosidad como para acercarse.
BENDITA CREATIVIDAD
Esta es una confirmación: La creatividad humana es gigante y los memes son su expresión más democrática, expandida y gratificante en estos momentos tan jodidos.
LOS HIJOS DE PUTA DE SIEMPRE
Cuando muchas familias no tienen idea cómo van a sobrevivir el tiempo de encierro porque no van a tener ningún tipo de ingreso durante esos días, los supermercados aumentaron los precios de forma desproporcionada.
Mientras tanto, una cadena de farmacias argentina hacía promos de 2×1 en alcohol en gel, pero las góndolas estaban vacías, hasta que una institución del gobierno encontró un depósito en el que tenían guardado 9.000 botellas.
(Perdón que los ejemplos sean argentinos, estoy seguro que investigando 5 minutos podemos encontrar ejemplos en todos los países).
Algún día los gobiernos aprenderán que ni los oligopolios ni los monopolios son buenos en algunos rubros.
INHALO, EXHALO, INHALO, EXHALO
Sería hermoso que le diéramos un respiro así al planeta cada tanto. En los países más afectados por el Coronavirus, donde la actividad económica se frenó casi a 0, la polución en el aire disminuyó drásticamente; la capa de ozono se está curando y está cerrando su agujero; se limpió el agua de los canales de Venecia, incluso ahora se ven peces.
Si en un par de meses la Tierra se curó tanto, ¿qué pasaría si una vez por año o cada 3 años pusiéramos un freno? Hagámosle caso a Mafalda con su famoso “Paren el mundo, me quiero bajar”.
¿CÓMO LOGRARLO?
Esto no lo aprendí ni sé si es viable, es una sospecha, o si quieren, una expresión de deseo.
Para poder poner un freno, necesitamos un mundo más equitativo, porque hoy las pequeñas empresas no pueden frenar sin suicidarse, y la gente no subsiste si no trabaja un mes, porque el sistema está perfectamente calculado para que la gran mayoría de las personas llegue con lo justo a fin de mes, así sigue presa de la máquina devoradora de sueños.
Y para todo esto haría falta que las empresas que ganan demasiado paguen más impuestos, para que las pequeñas puedan pagar menos, y hace falta que la gente tenga educación financiera (y resto económico) para que pueda sobrevivir si un mes no llega el ingreso que tiene que llegar.
¿Se imaginan cómo sería el mundo si el dueño de Louis Vuitton tuviera 100.000 millones de dólares menos (sí, cien mil millones) y hubiera 100.000 millones de pequeñas empresas que tuvieran un millón más ahorrado en sus cuentas? Podemos fantasear con otros 100.000 millones de Jeff Bezos, 80.000 de Warren Buffett, 70.000 del amigo Zuckerberg (a Mark no le gusta esto 👎), etc, etc, etc (en Latinoamérica podemos imaginar 60.000 de Carlos Slim o 2.000 de Marcos Galperín y otros muchos miles de millones de un puñado más).
Sí, sé que esto es ingenuo, incluso naif y que es imposible de distribuir así la riqueza, pero esos números nos dejan ver cuan desequilibrado está todo, y por qué es tan frágil la economía que no soporta un parate como este.
Si llevaramos adelante esa utopía, esa distribución fantasiosa, esos tipos todavía seguirían siendo multimillonarios y las pequeñas empresas tendrían capacidad de soportar una crisis durante cierto tiempo, y las crisis como esta, dejarían de ser catástrofes económicas, lo que aliviaría muchísimo el estrés de la población y el bolsillo de los gobiernos.
MENOS ES MÁS
También creo que otra condición para limpiar el mundo sería que todos fuéramos menos consumistas, porque las fábricas, los pozos petroleros y toda la maquinaria funcionan gracias a que la estimulamos y engordamos con billetes, y muchas veces solo para tener, o peor, para tener algo bonito y poder decir “Mirá lo que tengo”.
¡SE ACABARON LOS MALOS EN TODO EL MUNDO!
Si entro a cualquier medio, ya no veo noticias de robos, asesinatos, violencia de género. ¡Es un milagro, hermanos! ¡El mundo se ha enderezado y por fin la humanidad dejó la senda del pecado!
¿O solo será que con semejante tema en escena, los medios no necesitan espolear otros miedos y otros temas?
NECESITAMOS UN ALCOHOL EN GEL, UN BARBIJO Y 5 KILOS DE EMPATÍA
Viendo algunas reacciones ante pedido de ayuda de mucha gente en distintas situaciones, aprendí que muchas personas viven en su propia burbuja y creen que la suya es la única situación complicada, o que quienes están atravesando un momento más difícil que el suyo se lo merecen y entonces la empatía (una vez más) queda anulada.
Esta pandemia (hablo de la falta de empatía y solidaridad), crece exponencialmente en las redes sociales, donde parece ser más fácil entrar a insultar o humillar a quien, tal vez por error o por destino, necesita ayuda, eso parece más fácil que pasar de largo sin decir nada.
CAMBIO DE PRIORIDADES
Así como hace mucho usamos el lugar común para decir que un médico vale más que un futbolista, ahora los gobiernos se dieron cuenta que es más importante tener fábricas de respiradores en lugar de automóviles, y que son más necesarios los stocks de camas de hospitales y los barbijos que los botas o cualquier otra prenda de moda.
AQUÍ Y AHORA
El último aprendizaje que comparto es que un microorganismo, que ni siquiera podemos ver, nos puso a todos en nuestro lugar y nos sacudió con una cachetada, y nos gritó en la cara, diciendo que todos somos mortales y que nunca se sabe cuándo nos va a tocar el turno en esta gran lotería y que por eso la vida hay que aprovecharla y disfrutarla tanto como se pueda y mientras se pueda.
Y a vos, ¿qué te alegra en esta cuarentena? ¿Qué te enoja? ¿Qué aprendiste? ¿Qué te mantiene positivo?
Desde hace muchos años escribo libros, si querés saber de qué se trata cada uno, entrá a esta sección, lee el resumen o bajate las primera páginas de cada uno. Por cada libro que comprás nosotros podemos viajar un poco más, así que gracias.