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Llegamos de Potosí y fuimos a lo de nuestro anfitrión de Couchsurfing, con quien la estadía sería bastante particular. Él es de Cochabamba pero por esos días estaba en Sucre porque pertenece a una organización llamada Tinku que trabaja con campesinos indígenas, y que a través de la UNESCO estaban haciendo un voluntariado internacional para tratar de concientizar acerca del valor de la ciudades Patrimonio de la Humanidad. Pero como es la primera vez que se hacía en Sucre, solo habían ido 3 voluntarios, y supongo que lo de Couchsurfing era una forma de conseguir más gente.
Cuando llegamos, él no estaba y nos recibió el dueño de la casa y estaban dos voluntarias. Después de descansar un poco, dejamos nuestras cosas y salimos a pasear.
Sucre es realmente una ciudad hermosa y única.
La ciudad
Es toda colonial, uno puede extender su paseo por muchas cuadras y va a seguir viendo construcciones de esa época nefasta para Sudamérica. Y fue elegida Patrimonio de la Humanidad por lo bien mantenido que está el estilo colonial y eso los obliga a buscar formas de subirse al desarrollo del mundo pero manteniendo la arquitectura que los distingue.
Repetimos el paseo administrativo/burocrático. Acá en lugar de la casa de la moneda está la casa de la Libertad. Salía 15 Bs el ingreso pero justo que llegamos estaba cerrando, así que nos dejaron pasar para ver las salas desde el patio. Paseando por la plaza también nos enteramos de la importancia de Bernardo de Monteagudo, que a pesar de ser tucumano y uno de los pensadores más importantes de la independencia sudamericana, en Argentina casi no se lo nombra.
No nos llevó demasiado tiempo ver algunas diferencias culturales entre Potosí y Sucre. En esta última es bastante menor la proporción de mujeres vestidas de cholitas, hay más restaurantes finos, la comida y el alojamiento es más caro, hay grupos grandes de adolescentes que se juntan a bailar break dance y otros grupos muchísimo más grande que estaban idiotizados buscando pokemones.
Intentamos llamar desde una cabina a Ramiro, el anfitrión, pero no nos atendía. Después de ver los precios de la comida en los restaurantes (18 Bs lo más barato) comimos una hamburguesa en un carrito por 5 Bs. De ahí nos volvimos a la casa y entramos con la llave que nos había dado Mario, el dueño, pero todavía no había señales de nuestro anfitrión. Así que nos quedamos haciendo tiempo sin saber que hacer, porque ni siquiera sabíamos en dónde íbamos a dormir. Como a las 22:30 llegó y al rato llegó otro chico argentino, Andrea, que también venía por Couch.
El anfitrión y el proyecto
Ramiro nos sentó a los 3 y nos dio una charla en la que nos dijo cual era el programa de actividades de los siguientes días para los voluntarios y quería que nosotros respetáramos el programa y lo acompañáramos en todas las actividades. Con Lu le explicamos que nosotros estábamos haciendo un viaje, que queríamos conocer algunas cosas de la ciudad y que lo podíamos acompañar en las actividades que nos interesaban. No le gustó pero entendió que iba a ser así y lo aceptó.
La primera mañana en Sucre fuimos con Ramiro, los voluntarios, Andrea y nosotros a dar una charla sobre patrimonio a una escuela. Los 3 viajeros pensábamos que solo íbamos a escuchar, pero cuando llegamos nos dividimos en dos grupos. Nosotros fuimos con una voluntaria de Bolivia y otra de Japón a hablar con chicos de 17-18 años. Con Lu suponíamos que ellas sabían que había que hacer pero no tenían idea. Así que Lu le dijo a la boliviana que hablara de patrimonio y que después veíamos que actividad hacer, porque Ramiro había dicho que los hiciéramos dibujar, pero eran bastante grandes para eso. La japonesa no podía aportar nada porque aunque estudiaba español, no entendía nada. Cuando la chica de Bolivia terminó la charla, la psicopedagoga con la que viajo, hizo callar a los alumnos y les dijo que en grupo discutieran qué cosas sentían como propias y consideraban patrimonio.
Cuando terminó la actividad nos sacamos fotos con los pibes y nos sentimos unos Rolling Stone.
De ahi nos fuimos todos juntos a comer y después con Andrea nos fuimos a un parque infantil temático, como en la zona de Sucre hubo muchos dinosaurios y se puede ir a visitar las huellas, todos los juegos son con motivos de dinosaurios. Obvio que aprovechamos para tirarnos de un tobogán gigante que es la cola de un Titanosaurio.
A la tarde nos sacamos el disfraz de niños, y otra vez nos metimos en el papel de intelectuales y fuimos a escuchar a Ramiro y los voluntarios dar una charla en la facultad de turismo. Nuestro único aporte fue decir que antes de salir de viaje, un día salimos en Córdoba a pasear con ojos de turistas, tratando de valorar lo que iban a ver las personas que alojamos en casa, y que ellos deberían hacer lo mismo porque muchas veces nos pasa que sufrimos nuestra propia ciudad porque tenemos que hacer nuestra vida cotidiana y no tenemos tiempo de mirar la belleza de las cosas que nos rodea.
Conectando con la cultura y la política
A la noche nos reunimos en un edificio a medio construir, donde había una asamblea distrital del M.A.S., que es el partido de Evo. Nosotros llegamos cuando estaba terminando la asamblea, nos reunimos ahí porque Ramiro iba a encabezar una ceremonia de ofrenda a la Pachamama. Fue explicando un poco el significado de cada cosa que se pone de ofrenda. Con Lu en calidad de representantes extranjeros y una pareja boliviana agarramos las 4 puntas del papel sobre el cual se colocan las ofrendas y lo fuimos bajando lentamente hasta ponerlo encima del fuego. Después cada uno de los que estábamos, tiraba un chorrito de chicha en cada esquina de la parrilla en la que se queman las ofrendas y luego se tomaba lo que quedaba en el vaso y antes de tomar teníamos que gritar Jallalla Pachamama, que significa Viva la Pachamama, o algo así, y después tenía que servirle al que seguía.
Después en la casa de Mario, donde nos alojábamos, se juntaron varios camaradas y nos invitaron a charlar con ellos. Estaban bastante interesados en conocer la actualidad argentina. Nos contaron que piensan que en cualquier momento EEUU, aprovechando que hay presidentes de derecha, le va a decir a la Argentina y Brasil que no le compren más gas a Bolivia para debilitar más su economía y sienten que desde Estados Unidos están preparando todo para desatar una guerra civil para derrocar a Evo a través de un golpe de estado.
Caminando por la city
El segundo día en Sucre comenzó con una caminata por la ciudad. Unos de los chicos de la facultad de turismo se ofreció a llevarnos a pasear. No nos enseñó mucho pero sí nos llevó a lugares que solos no hubiéramos ido. Entramos a un hotel que hace poco abrió unos túneles antiguos en los que se puede ver piezas preincaicas y precoloniales.
De ahí fuimos a una tienda que vende tejidos de las distintas culturas aborígenes de la zona. Entre ellas de Tarabuco, que es considerada patrimonio intangible de la humanidad. Cada comunidad tiene su estilo, su técnica y sus colores.
Por supuesto que no compramos nada, pero si estuviéramos en otro tipo de viaje y tuviéramos dinero, había muchas cosas preciosas que daban ganas de comprar.
Salimos de la tienda y fuimos hasta la universidad, que es donde estudió Mariano Moreno, entre otros hombres fuertes de la revolución, que dicho sea de paso, fue exactamente un año después que el primer grito de libertad sudamericana, que se lo atribuyen los sucreños, y que fue el 25 de mayo de 1809. Algo que nos llamó la atención, es que cada departamento de Bolivia tiene una fecha diferente para celebrar la revolución, acá es el 25 de mayo, pero en Potosí es el 10 de noviembre. La universidad se fundó en 1624.
Después de la universidad caminamos un largo trecho hasta la Recoleta. Hay un mirador desde el cual se puede ver toda la ciudad, que desde lejos se ve tan linda como cuando se pasea entre sus calles. En ese lugar es donde los españoles fundaron la ciudad, y se puede ver la plaza original y la primera catedral de Sucre. Hay un árbol que los nativos del lugar consideraban sagrado.
Se lo conoce como el árbol histórico, y los españoles para obligar a los indígenas a que entren a la iglesia, hicieron que el árbol no se pueda visitar sin ingresar a esa catedral.
Luego de eso nosotros nos separamos del grupo y fuimos a averiguar pasajes. Teníamos la idea de ir hasta un pueblo llamado Aiquila en bus, y ahí tomar un ferrobus hasta Cochabamba y de ahí otro bus hasta La Paz. El ferrobus es un bus que lo adaptaron para que pueda ir por las vías del tren y atraviesa hermosos paisajes de montañas. Era toda una aventura. Averiguamos sobre pasajes hasta Aiquila y teníamos que salir el lunes a la mañana y llegábamos a Copacabana, que era nuestro siguiente destino, como a las 12 de la noche. Pero el domingo nos enteramos que el lunes iba a empezar otro bloqueo y no se iba a poder llegar a La Paz. Así que que tuvimos que cambiar de planes y terminamos yendo en un bus directo a La Paz, saliendo el domingo a la noche y llegamos tempranito el lunes, safando por poco del bloqueo.
Tarabuco
Ese domingo fuimos a Tarabuco. Íbamos con bastante expectativas porque como es patrimonio intangible y nos habían hablado mucho de la cultura de la región, suponíamos que íbamos a encontrar bailes y otras actividades típicas, pero solo era como una gran feria para comprar productos típicos, que también podíamos encontrar en otras zonas. Por supuesto que acá tampoco compramos nada.
Después de recorrer el pueblo, fuimos a comer al mercado con Andrea y Juan José, que era el voluntario de Ecuador. Nos ofrecieron almuerzo con sopa incluida a 13, Lu lo negoció por 12, y al final terminamos pagando 12,50 porque no reconocieron su negociación.
A la vuelta de Tarabuco nos bajamos del bus y fuimos rápido a la terminal a buscar pasaje para La Paz, preguntamos en todas las empresas y nadie tenía, desesperado empezamos a repetir y a preguntar de nuevo y una empresa tenía dos reservados que no fueron a pagar así que nos vendieron los boletos. Así que parece que el destino los reservaba para nosotros. Hay que decir que el sistema de transporte en Bolivia no está del todo sistematizado, varias empresas pueden vender para el mismo bus, solo anotan en un papel los asientos ocupados y después se les hace lío, no te informan bien las horas que dura el viaje, la velocidad de los buses no está controlada. Y el tránsito en general es bastante complicado. En Argentina la ley del peatón tiene prioridad existe pero no se respeta, en Chile se respeta a rajatabla, en Bolivia directamente no existe. Y se la pasan tocando bocina, sin embargo no vimos ni un choque ni nadie insultando a otro automovilista. Ah, y para saber cual auto es un taxi, es fácil, cuanto más tuneado y calcomanías pegadas tenga, más probabilidades de que sea un taxi.
Después de conseguir los pasajes para La Paz buscamos nuestras mochilas en lo de Ramiro y volvimos a la terminal. Nos separaban 16 horas de nuestro destino, Copacabana.
2 comentarios
Hermosa ciudad, imponentes construcciones y un colorido sin igual. Gracias por compartir tu experiencia. En Colombia también tenemos un departamento llamado Sucre, ubicado en el caribe Colombiano con paisajes de costeros y de sabana. ideales para descansar y disfrutar de sus fiestas. ¡Ese contraste me anima visitar Bolivia!.
Hola Claudia! Recién veo tu comentario, me alegro que te haya gustado el post y que te haya inspirado a viajar! Saludos